En un mundo cambiante donde la tecnología nos impulsa a un desarrollo
constante, nos enfrentamos al reto de adquirir todo el conocimiento posible a
lo largo de nuestro ciclo vital, para ello nos internamos en un sistema de
aprendizaje, que nos ofrece la posibilidad de alcanzar las competencias
deseadas con mayor facilidad y destreza, la idea de aprender autónomamente promueve
el libre desarrollo de nuestras habilidades cognitivas, así como también genera
una alta capacidad de idear proyectos que contribuyan al desarrollo social y
cultural de nuestro entorno.
Los nuevos movimientos educativos y la competencia global han
llevado al aprendizaje autónomo a ser parte esencial en los procesos formativos,
dando muy buenos resultados y permitiendo que los estudiantes sean más competitivos
en su especialidad y tengan la facilidad de prepararse en cualquier parte del
mundo sin importar raza, religión o cultura.
La globalización, el desarrollo industrial y las nuevas tecnologías
han influido en la evolución del sistema educativo, a tal punto que actualmente
tenemos que aprender de una manera rápida, eficiente y muy versátil; por tal razón
las estrategias educativas que proponen un aprendizaje autónomo tienden a predominar
en un mercado donde la constante competencia es la que marca las pautas del
progreso, evidentemente este tipo de aprendizaje posiblemente sea el que prevalezca
en el futuro.
En conclusión, aprender autónomamente nos permite auto dirigir el
proceso educativo, ejercitar una motivación constante en el aprendizaje y el
diario vivir, aprender a trabajar en grupo, desarrollar ideas innovadoras que
mejoren esquemas tradicionales, aprender a identificar oportunidades, actuar asertivamente
en pro del desarrollo personal y el progreso colectivo, ser mejores personas,
sentirnos realizados y hacer de nuestros sueños una realidad.
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